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71. Gorsel

Las áreas de SPA, hammam y sauna son espacios especiales elegidos por los huéspedes para relajarse, purificarse y renovarse física y mentalmente. Sin embargo, dos problemas principales pueden afectar la experiencia del cliente:
alta humedad y olores no deseados.

Estos problemas afectan no solo la comodidad, sino también la imagen del establecimiento. Por lo tanto, un control adecuado de la humedad y los olores es una necesidad estratégica y técnica para la gestión de estas áreas.

¿Cómo garantizar las condiciones interiores adecuadas en estos espacios? ¿Qué sistemas técnicos deben utilizarse? Aquí están todos los detalles:

1. Humedad excesiva: la amenaza oculta para la comodidad y la estructura

En áreas de SPA, hammam y sauna, el vapor de agua es alto y la humedad relativa puede alcanzar entre el 70 % y el 100 %. Esto provoca:

  • Condensación en paredes y techos

  • Formación de moho y hongos

  • Corrosión y fallas en equipos eléctricos

  • Aire pesado y dificultad para respirar

  • Riesgo de resbalones en los suelos

Para el huésped, esto se traduce en un ambiente pegajoso, aire saturado de vapor, sensación de ahogo y una experiencia de SPA corta.

Solución: sistemas deshumidificadores

Se deben utilizar deshumidificadores profesionales tipo piscina o unidades de control de humedad precisas integradas a sistemas centrales.

Puntos a considerar al elegir un deshumidificador:

  • Volumen del espacio (m³)

  • Producción de vapor (por ejemplo, sauna vs hammam)

  • Apto para funcionamiento continuo

  • Opciones de instalación: mural, canalizado o empotrado en el techo

  • Modelos inteligentes integrables con automatización

Rango ideal de humedad relativa:

  • Áreas de SPA: 50–60 %

  • Hammam y zonas de descanso de sauna: 40–50 %

  • En salas de vapor puede ser temporalmente más alta, pero debe reducirse rápidamente en áreas adyacentes

2. Problemas de olores: factor que afecta la experiencia de lujo

Además de la humedad, los olores de sudor, toallas, aceites, desinfectantes o agua estancada son especialmente perceptibles en ambientes húmedos. Estos olores crean en los huéspedes la percepción de “falta de limpieza”.

Fuentes de olores:

  • Renovación insuficiente del aire interior

  • Bajo rendimiento del sistema de extracción

  • Suministro de aire exterior sin filtrar

  • Acumulación de bacterias en los conductos

  • Retorno de malos olores desde el sistema de drenaje

Solución: enfoque de cuatro capas para el control de olores

  1. Filtros de carbón activo
    Capturan y neutralizan partículas odoríferas. Se usan antes del aire de extracción o en la recirculación interna.

  2. Tecnologías UV-C o Plasma
    Eliminan bacterias y moléculas orgánicas responsables de los olores. Se pueden integrar en los conductos de aire.

  3. Mantenimiento de drenajes y trampas de grasa
    Los malos olores en zonas de ducha y suelos húmedos pueden retroceder. Por ello, los sistemas de drenaje deben limpiarse con frecuencia.

  4. Aporte de aire fresco
    El aire no debe recircularse únicamente; se debe suministrar continuamente aire fresco filtrado.

3. Características estructurales de los sistemas HVAC

En áreas de SPA y hammam, deben utilizarse sistemas diseñados especialmente para entornos húmedos en lugar de sistemas de aire acondicionado convencionales.

Características recomendadas:

  • Materiales resistentes a la corrosión en todas las superficies metálicas (por ejemplo, acero inoxidable CrNi)

  • Conductos aislados, preferiblemente con revestimiento antibacteriano

  • Velocidades de aire bajas (sin soplado directo sobre los huéspedes)

  • Ventiladores aptos para funcionamiento prolongado en alta humedad

  • Monitoreo en tiempo real de la humedad relativa y la temperatura mediante automatización

4. Control inteligente: equilibrio entre eficiencia energética y comodidad

Los sistemas de ventilación que funcionan continuamente pueden consumir mucha energía. Con automatización, operan según el uso, ahorrando energía sin comprometer la comodidad.

Funciones de automatización:

  • Activación del ventilador mediante sensor de ocupación

  • Programas día/noche

  • Ajuste del flujo de aire según humedad y temperatura

  • Sistemas de alerta (condensación, obstrucción de filtros, desviaciones de temperatura)

5. Mantenimiento y revisión periódica: prevenir riesgos invisibles

Los mayores riesgos son los problemas de higiene invisibles y la acumulación microbiológica. Si los conductos, filtros y drenajes no se limpian regularmente:

  • Las bacterias que causan olores se propagan

  • Los filtros obstruidos afectan el flujo de aire

  • Los sistemas sobrecargados consumen más energía

  • Las fallas generan quejas de los huéspedes

Recomendaciones de mantenimiento:

  • Cambio de filtros: cada 3 meses

  • Limpieza de conductos: cada 6 meses

  • Verificación de bandejas de condensación y drenajes: mensual

  • Control del rendimiento de sistemas UV-C/Plasma: anual

  • Esterilización con ozono: mensual

La sensación de frescura se logra con aire, no solo con decoración

Incluso las mejores toallas, aceites aromáticos o diseños arquitectónicos pierden valor si la calidad del aire es mala. El verdadero confort comienza en un entorno respirable, fresco, seco y sin olores.

Por lo tanto, la inversión correcta en sistemas HVAC para estas áreas debe considerarse no solo desde el punto de vista técnico, sino también como un valor de marca que mejora la satisfacción del cliente.

İlker KURAN

Alperen Mühendislik Ltd. Şti.